martes, 4 de octubre de 2011

Soneto XXIII

Garcilaso de la Vega nació en Toledo, en una familia aristocrática, y se dedicó al servicio del rey Carlos I. En 1525 se casó con Elena Zuñiga y , al año siguiente, conoció a una de las damas del séquito de Isabel de Portugal, esposa del monarca, quien inspiró algunos de sus sonetos y la Égloga I. En 1529 acompañó a la corte española en Bolonia. En 1531, actuó como testigo de una boda prohibida por el monarca, por lo que este lo desterró a una isla del Danubio y , posteriormente, a Nápoles. Allí conoció a los más importantes poetas italianos de su tiempo. En 1536 fue herido en el asalto a la fortaleza de Le Muy. Murió poco después en Niza.
La obra de Garcilaso de la Vega es Soneto XXIII, publicado en 1553, época renacentista.
Aparecen metáforas como en el verso 10.
También aparece personificación en el verso 14.
Podemos observar que se divide en tres partes.
La primera parte podemos observar como comienza en la belleza de la juventud.
En la segunda parte se relaciona con la primera, el aprovechamiento de antes de que llegue la vejez.
Y en la tercera parte se refiere cuando se acaba la juventud y empieza la vejez.
En conclusión creo que  el ideal de belleza femenina en el renacimiento no era demasiado distinto al actual. Se trataba de una mujer de cabellos dorados y joven que Garcilaso nos describe pensando en su amada. El autor nos expresa en su soneto la vitalidad y belleza de la juventud, y como se pierden estas características con el paso del tiempo. En definitiva, su mensaje es muy claro, aprovechar y gozar la juventud mientras dure, porque una vez que termina, no se puede volver atrás. 

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