domingo, 20 de noviembre de 2011

Milagros de Nuestra Señora


Milagros de Nuestra Señora
Yo, el maestro Gonzalo de Berceo llamado,
Yendo en romería acaecí en un prado
Verde, y bien sencido, de flores bien poblado,
Lugar apetecible para el hombre cansado.
Daban olor soberbio las flores bien olientes,
Refrescaban al par, las caras y las mentes;
Manaban cada canto fuentes claras corrientes,
En verano bien frías, en invierno calientes.
Gran abundancia había de buenas arboledas,
Higueras y granados, perales, manzanedas,
Y muchas otras frutas de diversas monedas,
Pero no las había ni podridas ni acedas.
La verdura del prado, el olor de las flores,
Las sombras de los árboles de templados sabores
Refrescáronme todo, y perdí los sudores:
Podría vivir el hombre con aquellos olores.

El riojano Gonzalo de Berceo se educó en el monasterio de San Millán de la Cogolla. El monasterio de San Millán atravesaba un periodo de decadencia de su antiguo esplendor, que el poeta intentó combatir con sus escritos; debió fallecer ya a mediados del siglo XIII, después de 1264.
Berceo fue el más importante representante del mester de clerecía. Depuró el idioma castellano, en su variedad dialectal riojana, para lo cual trasvasó numeroso vocabulario desde el latín (cultismos) y recurrió a fórmulas de la literatura oral tradicional y del mester de juglaría.
Este es un fragmento del poema Milagros de Nuestra Señora.
El tema es la descripción de un lugar hermoso.
Los versos son trece sílabos de rima consonante. El tipo de estrofa la compone en cuaderna vía, que era muy común usado en el mester de clerecía. Movimiento al que pertenecía Gonzalo de Berceo.
Hay similicadencias en la versificación.
En este fragmento esta haciendo la descripción del Locus amoenos, un paraje hermoso y umbrío.
Está usando alegorías en todo el fragmento tanto de las cosas que ve y disfruta como de él mismo.
En conclusión, Gonzalo de Berceo exalta el poder mediador de la Virgen en la salvación de las almas.








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